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Mat.7:13-14 Texto bien conocido de las Escrituras que nos presenta una enseñanza crucial para todos nosotros, pero de manera y usando unos términos que hasta los niños podrían entender.
Dios nos ha hecho seres morales y responsables de nuestros actos. No hizo de ti una de esas criaturas que actúa por instintos y carece de responsabilidad moral que nunca dará cuanta el Creador, sino que nos hizo seres a Su imagen capacitados para actuar por volición propia, luego tenemos que escoger y tomar decisiones, y eso nos hace responsables delante de Dios.
Pues bien ¿Qué tenemos que hacer para ser salvos? la gran cuestión, la más importante a plantear. Dado que como seres responsables ante Dios nunca dejaremos de ser, siempre vamos a vivir, siempre vamos a estar sintiendo, siempre vamos a estar conscientes de nosotros y de lo que hicimos, siempre vamos a estar con las consecuencias de nuestras decisiones y caminos que hemos escogidos, siempre, pero siempre, en este vida, en la muerte, y tras la muerte. Ya nunca más dejaremos de ser, nacimos, y estaremos viviendo, agobiados y oprimidos en la condenación por las consecuencias de nuestras acciones, o en el reposo eterno de los santos como consecuencias de nuestras acciones.
Este texto nos ayuda a considerar de qué forma entonces podremos acceder a la salvación, pero más preciso todavía, nos dice cuál es la única forma en la que podemos acceder a la salvación. Y nos presenta una puerta y un camino. No enfoca aquí la Persona de Cristo como el Salvador, como el único salvador. Sino que Cristo el Salvador nos señala a una puerta y un camino, y nos dice mira esa es la manera de entrar en la salvación, pero es que esa es la única, y de no hay ninguna otra.
Los que no tienen la salvación les podrá ayudar a ver con claridad lo que necesitan para hacerla suya, y aquellos que la han abrazado, les servirá para recordar y repasar el camino por el que tienen que estar, que clase de vida tiene que estar viviendo, la que es consecuente con la salvación.